lunes, 19 de septiembre de 2011

Prodigal son



Con esta ya son 100 entradas las de este blog y me he puesto sentimental y a reflexionar sobre mi relación con el surf, con Mundaka y con muchas cosas, y he llegado a la conclusión de que me siento como un hijo pródigo. Me explico, empecé en el surf con 13 años, en el verano de 1983. A partir del verano de 1980 empecé a ir a pasar los veranos a Mundaka con mis padres y mi hermano. Allí pase el final de mi niñez y toda mi juventud, y en aquellos años de preadolescencia y en ese entorno privilegiado, era casi imposible no quedar fascinado por el surf, un deporte que entonces practicaban en Mundaka mayormente gentes venidas de países lejanos como Australia o Estados Unidos, y que vendían sus tablas de segunda mano a los jóvenes locales para pagarse el viaje de vuelta a casa. En esos años empecé a dar mis primeros pasos junto con mi hermano, primero cogiendo espumas en la playa de Laida hasta que creí conseguir el nivel y el valor suficiente para empezar a entrar en la barra, y así emular a los surfers que desde la atalaya me maravillaban surfeando la ola izquierda de Mundaka. Todo esto duró mientras estudiaba. Con 25 años la cosa empezó a cambiar. Una lesión de rodilla (por culpa de una vaquilla en fiestas de Gernika) me empezó a alejar del agua. Las vacaciones se redujeron a un mes debido al curro, un mes que aprovechaba en parte para viajar. Precipité mi entrada al agua tras la lesión y eso no fue bueno. Falto de forma, una mala caída en la barra hizo que la rodilla se volviera a resentir. No se cómo pasó, pero lo cierto es que cada vez entraba menos al agua e iba menos por Mundaka. El curro, fundar una familia, las obligaciones hicieron que durante muchos años mis visitas a Mundaka se convirtieron en esporádicas y mis entradas al agua cada vez menos. De un tiempo a esta parte he recuperado mi pasión por el surf (y por esa pasión nació este blog). He vuelto a Mundaka a pasar los veranos, ahora con mi pareja y mis hijos. Y es como si habría vuelto a casa tras un largo periodo de ausencia. Quizá demasiado largo. Por eso me siento ahora como un... prodigal son.

Para ilustrar este post dos temas de dos grandes, los Stones y Johnny Winter y sus "Prodigal Son"

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